– ¿Qué? Martín Circo Martín tiene todo lo que puede desear: es profesor de historia de la economía en la universidad, una novia y una familia que le quieren, amigos, una casa… Y además, participa en un concurso en el que gana el premio más grande de la historia de la televisión: 3 millones de euros (500 millones de pesetas). Eso sí, no en dinero, sino en premios: casas, barcos, coches, aviones… todo lo que pueda imaginar. Pero pronto se dará cuenta de que para mantener todo eso necesita más dinero aún, dinero que no tiene, y descubrirá que ser rico no es una tarea fácil…
– ¿Cuándo? Ayer por la noche.
– ¿Dónde? En mi casa.
– ¿Por qué? Porque es otra que tenía pendiente durante mucho tiempo, y ayer me tocó un pase especial para ir a ver el preestreno de la nueva película de su director, “Buried”, así que era el día perfecto para verla.
– Merece la pena porque… me parece lo más original y (pos)moderno que se ha hecho en nuestro país en mucho tiempo. Y a mí me gusta y veo mucho cine español, y por eso soy capaz de reconocer sus defectos, y de alegrarme cuando veo una película que, lo primero que me viene a la cabeza al pensar en ella, es que no parece española. Con esa estética de videclip y ese ritmo frenético que caracterizaban a la revelación posmoderna de hace 12 años, la alemana «Corre, Lola, corre» (Lola rennt, 1998, la cual tenía todo el tiempo en mente mientras veía “Concursante”), el director Rodrigo Cortés realiza la única película que en todos estos años se le puede comparar. Dos auténticas revelaciones, pero mientras que la alemana consiguió hacer volver a despegar el cine alemán, la española no tuvo el éxito y la trascendencia que debiera haber tenido; no, para eso ya estaba ese año “El orfanato” (2007), lo nunca visto antes en el cine (léase la ironía). Cortés hace en su película una crítica despiadada contra el capitalismo, y lo hace a través de un entramado formal impresionante. Por un lado, el montaje, magistral, del mismo Cortés y Guillermo Represa, en el que no da un respiro al espectador, y las cosas pasan desordenadas, llegando a su punto álgido al final, cuando el protagonista va llevando a cabo su plan y se nos muestran todos los pasos que va siguiendo a la vez. Y lo bueno es que se entiende. Por otro lado, la innumerable cantidad de técnicas utilizadas. Me impresionó especialmente la de la foto fija (nuevo recuerdo de “Corre, Lola, corre”), que tan pocas veces he visto utilizar en el cine, aunque todas los demás son impresionantes también, mezclando ralentís y aceleramientos con travellings y movimientos de cámara continuos, sin parar de bombardear al espectador con imágenes que pueden llegar a saturar. Pero yo estaba encantada. Otro alarde técnico es la fotografía, es la que también se usan distintas técnicas. Claro, entre tanto experimentalismo, Cortés no puede evitar caer en el exceso en algunas situaciones, como la del caballo en la sala de cine, totalmente prescindible y que choca mucho con el carácter realista, a pesar de sus exageraciones, del resto de la película. He leído que la historia en sí se queda corta, y que toda esta imaginería técnica y visual es para cubrir sus carencias. Bueno ¿no es lo mismo que hace Christopher Nolan en “Origen” (Inception, 2010), y todo el mundo la pone de obra maestra? Pues no entiendo por qué aquí es un problema. Creo que queda claro que, tanto en la de Nolan como en ésta, no sólo importa la historia, sino hacer una película novedosa formalmente, en eso no intentan engañar a nadie. Pero incluso diría que en “Consursante” eso tiene más mérito, ya que es algo totalmente único en España, mientras que en Estados Unidos lo que se ve en “Origen” ya se ha visto bastantes veces más.
El guión, aunque me parece extraordinario, tiene un problema para mi, y es que personalmente no tengo ni idea de economía, y aunque está explicado de manera sencilla, a veces me perdía. Conclusión: hay que verla más de una vez, porque yo creo que en un primer visionado no se capta ni la mitad. Pero luego el guión tiene el punto fuerte de tratar todo el tema con ironía y humor, a veces exagerado y absurdo, pero el caos que vive el protagonista es tal, que tiene sentido. Reconozco que soy muy difícil para reírme con la películas, porque no me hace gracia cualquier cosa, y con esta película me reí, y mucho. También contribuye a esto la extraordinaria interpretación de Leonardo Sbaraglia, en el que creo que es el mejor papel de su carrera. Me encanta verle en pantalla porque sí, es guapísimo (tengo ojos en la cara), y porque me parece un actor muy bueno, y en ésta sencillamente borda su personaje, que es muy difícil. De entre los secundarios, destacan especialmente Chete Lera y Myriam de Maeztu, pero en general todos los actores están muy, aunque el peso de la película lo lleve Sbaraglia y haya algún personaje tan exagerado que llegue a desentonar (me refiero, claro está al del abogado, un personaje hipersubrrealista, mientras que los demás no lo son tanto).
Acabo el comentario con una referencia a la banda sonora, de otro de mis compositores españoles favoritos, Víctor Reyes. En esta película hace uno de sus trabajos más experimentales, aunque el tema final de la película recuerda a más a su estilo melódico (de hecho es muy parecido al también tema final de “En la ciudad sin límites” -2002-, maravillosa película y maravillosa banda sonora), pero creo que concuerda bien con el cierre de la película. Además, no lo puedo evitar, soy muy clásica, y este es su tipo de música que más me gusta.
– El momento: Toda la escena en la que un Martín ya desesperado va a casa de Edmundo (Chete Lera) y éste le dice que tiene que concursar y hacerse con lo que es suyo. El ataque que le da allí a Martín, que se pone a pegar gritos cuando oye el teléfono, es tronchante y a la vez muy trágico. Creo que está escena contiene mucho de la esencia de la película.
– La frase: El mundo, se mire por donde se mire, es un lugar ilusorio, engañoso y mal iluminado. Así es el mundo y así es el cielo. Y si no te puedes fiar del cielo, que más o menos es igual en todas partes, no te puedes fiar de muchas cosas.
– Conclusión: si os gusta el cine español de calidad, y queréis disfrutar viendo además una de la experiencias visuales más intensas que se han hecho en este país, no os la perdáis, en serio, no tiene desperdicio. Pero sobre todo, es una película que, por encima de sus excentricidades, hace pensar, reflexionar, y eso es lo más importante. Es una vergüenza cómo en este país no somos capaces de apreciar algo bueno cuando lo tenemos. No sólo por las críticas, que en general no fueron malas, pero hay algunas que dicen que la película es un bodrio o una basura. ¿Perdón, hemos visto la misma película? ¿Por qué, porque se atreve a innovar cuando nadie más lo hace? Si no, sólo hay que ver las películas nominadas al Goya ese año para ver la “originalidad” que había (se dijo que la ganadora, “La soledad”, era muy innovadora por el tema de la pantalla partida y tal… quien diga eso no ha visto “Concursante”, porque vamos, le da cien vueltas en innovación, y por supuesto, en ritmo), mientras que ésta sólo fue nominada a la mejor canción. En fin, sin comentarios. Rodrigo Cortés hace bien en ir yéndose poco a poco a Estados Unidos; si aquí no le sabemos apreciar, allí sí sabrán. Y luego nos quejaremos de que Hollywood nos lo quita todo.
«Concursante» es, simple y llanamente, una OBRA MAESTRA. Compleja, inteligente, impactante… Magistral. Muchos la reivindican ahora y me alegro. Para mí es una de las mejores películas de los últimos 10 años. En el mundo.
Gracias por tu comentario, Falstaf, y bienvenid@. Yo sólo puedo añadir que cada vez que lo pienso me gusta más… Ese principio, es final… todo, me encantó. Ayer una amigo me decía que cuando pasara un poco más de tiempo la podía volver a ver con él, pero no necesito esperar, me apetece volver a verla ya!jejeje. Igual no la considero una obra maestra, pero que es de las mejores películas de los últimos años, en España, ni lo dudo. Y en el mundo, pues… con el panorama que hay últimamente, casi que también;)
Espero que te sigas pasando por aquí. Un saludo!
Por fin la he visto y estoy completamente de acuerdo con tu crítica. Una película fabulosa, rodada con nervio y estilo, con un Sbaraglia que me ha convencido en todo momento y una gran Banda Sonora. Cortés se está forjando una buena carrera, espero que siga así con «Red Lights».
Besos !!