– ¿Qué?: Frank y April Wheeler son un matrimonio aparentemente ideal que viven con sus hijos en un idílico suburbio americano. Son jóvenes y han tenido que renunciar a sus sueños para formar una familia y vivir según dictan las normas de la sociedad. Pero la realidad es que ambos están hastiados de la vida que llevan, el teniendo que ir todos los días a un trabajo que odia, ella de ama de casa cuidando de los hijos, y siempre con fuertes discusiones. Un día, April tiene una idea: irse todos a vivir a Paris, comenzar una nueva vida allí, donde ella pueda trabajar y Frank pensar en una profesión que le guste de verdad. Hartos de la vida que llevan y de la falsedad que les rodea, deciden llevar a cabo el plan. Pero poco a poco, la realidad se irá abriendo paso, y se darán cuenta que nada es tan fácil como se pensaban…
– ¿Cuándo?: Hoy
– ¿Dónde?: En mi casa (en mi tele, por fin! Estoy harta de la pantalla del ordenador…)
– ¿Por qué?: La tenía pendiente desde su estreno (Sam Mendes es uno de mis directores preferidos), y en Septiembre, cuando estuve de visita en Londres, me compre el DVD. Y hoy que tenía la oportunidad de ver una película en pantalla más grande en mi casa, ha sido el momento de verla.
– Merece la pena porque… el director Sam Mendes vuelve a contarnos otra historia sobre el desengaño y la falsedad del mal llamado “sueño americano” tras la magnífica “American Beauty” (1999), pero en esta no hay ni rastro del humor irónico y del relativo sentido positivo que había en su primera película. “Revolutionary Road” es, como la novela en la que se basa, fría, directa, desencantada, sin sentimentalismos ni vías de escape positivas. Pero si el tema recuerda más a su primera película, la dirección tiene mucho más que ver sin duda con “Camino a la perdición” (Road to Perdition, 2002), siendo las dos para mi sus mejores películas técnicamente hablando. Ambas recrean perfectamente la época que retratan, recordando a los clásicos de esos años, ambas también con extremados estilo y corrección. Brillantes son momentos como el de la marea humana de hombre, todos iguales, que van a trabajar. Mendes vuelve además, como en todas sus películas, a rodearse de un gran equipo técnico, que hace un trabajo sobresaliente. La fotografía de Roger Deakins es esplendida, con sus juegos de colores, y sobre todo, de luces y sombras. Tanto la dirección artística como el vestuario, impecables y muy cuidados, fueron nominados al Oscar. La música de Thomas Newman no es ninguna maravilla, ya que es básicamente un tema principal que suena en determinados momentos, y ni siquiera es muy novedoso, y poco más, pero es que la película tampoco necesita nada mas, de hecho, para ambientar la época, más importante que la música son las canciones, y estas están realmente bien escogidas.
Como he dicho, la historia de basa en la gran novela de Richard Yates, que me encanto en su día cuando la leí. En el libro se disecciona a fondo y sin piedad al matrimonio protagonista, tratándose temas tan profundos y cercanos como la apatía del matrimonio y la familia, la monotonía de una vida acomodada o el abandono de los sueños de juventud, todo ello envuelto dentro de la falsedad de una sociedad que te obliga a seguir unas normas y un camino del cual, si te desvías, se te tachara de “no normal”. En este sentido, el guionista Justin Haythe adapta con éxito la novela, ya que logra integrarlo casi todo en la película sin que quede forzado, e introduce algunas de las mejores frases del libro. Pero aun así, las conversaciones en el libro están mucho más desarrolladas, lo cual ayuda mucho mas a comprender la historia y a los personajes. Ya sé que es imposible meterlo todo en una película, pero sinceramente creo que si no me hubiese leído el libro, hay muchas cosas que me hubiesen chirriado en la película, y muchas situaciones o reacciones que no entendería. Ninguno de los personajes está realmente bien desarrollado, pero especialmente poco acertado esta el personaje de la protagonista, April, que en el libro se hace completamente odioso, y en la película, creo que el guion es demasiado comprensivo con ella. Es el mayor defecto que le veo a la película, que en este sentido se hace algo irregular.
Que Leonardo DiCaprio y Kate Winslet son dos de los mejores actores del panorama cinematográfico actual, nadie lo duda. Que su química como pareja es bastante poca, tampoco. Todos pudimos verles hace (ya!) 14 años en “Titanic”, película en la que ambos hacen probablemente los peores papeles de su carrera, y en la que Winslet parecía más la madre de DiCaprio. En “Revolutionary Road” están mejor en todos los sentidos, sobre todo en el interpretativo, aunque también como pareja son bastante más creíbles. Pero que le voy a hacer, a mi me sigue costando ver a Leo como padre y cabeza de familia con su cara de niño, mientras que ella es perfecta para el papel. Aun así, Leonardo DiCaprio realiza otra de sus maravillosas actuaciones, si no la mejor. Esos momentos en los que se enfada son magistrales, y realmente con ellos me he dado cuenta que es uno de esos actores a los que no me cansaría jamás de ver una y otra vez. Está pidiendo un Oscar a gritos, ¿para cuándo? ¿Y por qué no le nominaron por este papelón? Ah, sí, perdón, que había que nominar a Brad Pitt por su “maravillosa” actuación en “El curioso caso de Benjamin Button” (The curious case of Benjamin Button, 2008), en fin. En cuanto a Kate Winslet, la adoro, es una de mis actrices favoritas y borda cualquier papel que haga. Ese año triunfo más con su papel en “El lector” (The reader, 2008, por la que se llevo el Oscar), también fantástico, pero yo no sabría por cual decidirme, en los dos (bueno, y en todos los que hace) se entrega en cuerpo y alma. Los demás actores están más que correctos también, pero todos quedan ensombrecidos por los dos protagonistas. Curiosamente la actuación que más renombre tuvo fue la de Michael Shannon, quien incluso fue nominado al Oscar, cuando a mi me parece de lejos el peor de la película. Vale que el personaje es bueno (y para colmo, enfermo mental, para que queremos más, nominación segura), ya que es el más sincero de todo frente a la falsedad de los demás, pero su interpretación es exageradísima, cuando leí el libro no me lo imaginaba de esa manera en absoluto, me extraña que Sam Mendes, un director nada dado a lo esperpéntico, este detrás de una actuación así.
– El momento: todas las peleas son impresionantes e increíblemente realistas, sobre todo la primera, nada más comenzar la película, que ya es un anticipo de lo que nos vamos a encontrar, y la ultima, la más fuerte, en la que uno casi puede olvidarse de que está viendo una película, además de que es uno de los momentos más teatrales.
– La frase: “If being crazy means living life as if it matters, then I don’t mind being completely insane”
– Conclusión: buena película, dura (esas últimas escenas de Kate Winslet, son terroríficas), seca, directa, que no tiene miedo de mostrarnos la apatía y destrucción personal a la que podemos llegar las personas, y el daño que podemos hacernos los unos a los otros. En absoluto un dramón lacrimógeno, como he leído en algunos sitios, más bien tiende a la frialdad. Quizás ahí radica el “problema” tanto de esta como de “Camino a la perdición” para mi, que me gusta como están realizada, desde luego, pero no llego a involucrarme ni a emocionarme con lo que ocurre. Las veo y las disfruto, eso es innegable, pero prefiero las otras películas del director (la mencionada “American Beauty” o “Jarhead”,2005). “Revolutionary Road” no es además del todo redonda, ya que los temas que trata el libro son demasiado densos y complejos como para resumirse bien en una película, pero aun asi, ya querrian muchas, el 90% de las películas que se han estrenado en el 2009 y el 2010, parecérsele en lo más mínimo.
Lo primero, me alegro mucho que hayas vuelto a escribir por aqui, se te echaba de menos.
Lo segundo, sobre el film. Poco que aportar, a mi me encanta, Sam Mendes dirige de maravilla, y si, puede ser su película más teatral, pero no me rechina mucho. Las escenas entre los protagonistas son estupendas, y el trabajo interpretativo es altísimo. Estoy contigo en alabar a DiCaprio, a quien ese 2008 le robaron la nominación (¿y el Oscar?) a favor del digitalizado Brad Pitt. Puede que pasaran de él pero gracias a esta película fue cuando definitivamente lo comencé a considerar un grande de la actualidad.
Saludos 😉
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