La película del día

Críticas de cine y cobertura de festivales

Four lions (2010)

– ¿Qué?: los musulmanes Omar, Waj y Faisal, y el inglés convertido al islamismo Barry, son un grupo bastante incompetente que viven en Gran Bretaña y su máxima aspiración es provocar un atentado terrorista autoinmolándose. Mientras Omar y Waj se van a un campo de adiestramiento de Pakistán, Barry, Faisal y un nuevo miembro, Hassan, se encargan de seguir desarrollando el plan. Cuando Omar y Waj vuelven más pronto de lo esperado de su desastroso paso por Pakistán, deciden por fin llevarlo a cabo…

– ¿Cuándo?: Ayer por la noche

– ¿Dónde?: en los Cines Princesa (a 5,60 euros el día del espectador, mira tú qué bien!)

 – ¿Por qué?: No la conocía ni sabía nada de ella hasta que la vi en el programa de mi curso de crítica de cine. Y obviamente, para poder debatirla y criticarla, tenía que verla. Además, después de leer el tema que trataba, me pareció una propuesta de lo más interesante.

– Merece la pena porque… ya sólo su planteamiento, cuanto menos muy arriesgado, debería suscitar un mínimo interés. Y eso que, en el fondo, sigue al pie de la letra los patrones de la comedia más clásicas. “Four lions” recuerda a las películas de Charles Chaplin, Buster Keaton, Frank Capra o Ernst Lubitsch, pasando por los Monty Python, y que bien podría ser la “Full Monty” (1997) del nuevo siglo, pero mucho más llevada al extremo. Porque si ya era difícil hacer humor con el tema del paro, mucho más difícil es aún hacerlo con el del terrorismo. Que una película sea una comedia no significa que banalice los temas que trata, o que lo haga con mal gusto. En absoluto. De hecho, hay que tener un gran conocimiento de los temas serios para darles totalmente la vuelta y presentarlos de una manera tan poco habitual, y además salir airoso. Para poder reírse con (que no de) ellos, y no ridiculizarlos. Lo mejor de una comedia no es cuando te hace reír y pasar el tiempo sin más. Las grandes comedias son aquellas que, a la vez que te hacen reír, te hacen pensar. “Four lions” se entiende mejor sabiendo que detrás de ella está el polifacético Chris Morris, humorista, presentador y actor inglés, que dirige y escribe la misma. Conocido por sus controvertidos programas de radio y televisión, Morris traslada la sátira, la crítica social y el humor negro que le caracterizan a su primera película. También su experiencia en los medio le da un gran ritmo y agilidad, que pocas (aunque algunas) veces decae. Sin embargo, Morris es un director novel, y no un GRAN director novel, y eso se nota. El uso de la cámara en mano en exceso movida puede llegar a resultar irritante, y su estilo casi documental, más que darle realismo y sencillez, le dan aún más aspecto amateur.

Si el trabajo de Morris tras la cámara no llega a convencer del todo, su faceta de guionista es sobresaliente. Al contrario de lo que podría ser algo gratuitamente polémico, nos enfrentamos a una película inteligente, mordaz y extremadamente crítica. No es una comedia ligera, sino que es difícil de digerir y encontrarle el tono. Lo más complicado, a parte la mezcla inevitable y el equilibro entre comedia y drama (porque el tema es dramático, y mucho), es cómo se consigue crear empatía por los personajes, los cuales resultan increíblemente cercanos. No se juzga si lo que están haciendo está bien o mal, y de esta manera rara vez aparecen ante nuestros ojos como auténticos terroristas. Sí, Morris no juzga a sus personajes en concreto, sino a la sociedad y las ideologías que los convierten en lo que son, y ahí sí que no deja títere con cabeza. Y se posiciona, vaya si se posiciona. Lo ridículo de las situaciones que generan los protagonistas, son una metáfora del sinsentido que es el terrorismo. Pero, con todo esto, ¿la película puede ser divertida? Pues sí, lo es, y mucho. Un humor en muchas ocasiones surrealista, absurdo, y sobre todo, negrísimo, que provoca muchas risas, sonrisas, y algunos grandes momentos de carcajadas. Aunque la realidad de lo que se nos está contando, y eso nunca lo olvida la película, es triste, muy triste.

Otro de los grandes aciertos de la película es su reparto. Los personajes, que son también absolutamente prototipos de comedia, están perfectamente diferenciados, y los actores son muy adecuados para cada papel. Riz Ahmed es Omar, el protagonista, el que carga quizás con menos peso cómico y más dramático, de quién más conocemos su vida personal y el que se reflejan los mayores conflictos internos. Después está Barry, interpretado de manera muy divertida por Nigel Lindsay, el inglés que se cree árabe, líder al que nadie hace caso por su excentricidad, y que es uno de los personajes más atractivos. Pero a mi el que más me gusta es Waj, interpretado estupendamente por Kayvan Novak, que es el típico personaje inocente y tonto, al que todos manejan, pero que finalmente es quien siempre dice la verdad (lo que le dice su corazón). Más secundarios son Adeel Akhart como Faisal y Arsher Ali como Hassan (aunque también están muy bien), y sobre todo, sus personajes reflejan mejor que nadie la manera alguien puede meterse en un grupo terrorista sin tener mucha idea de lo que está haciendo. Del resto del reparto, mención especial para mi merece la inesperadísima y estelar aparición de Benedict Cumberbatch, actor que cualquiera que siga un poco este blog sabe que admiro muchísimo. Siempre es un placer verle, y aunque su papel sea muy breve, es muy curioso y divertido su cambio de registro total. Una más que agradable sorpresa.

– El momento: de primeras, me hizo mucha gracia la escena en la que Omar y Waj intentan derribar un avión con una especie de bazuca, y consiguen justo lo contrario (no cuento más porque es muy divertido y es mejor verlo). También la escena en la que los francotiradores se ponen a discutir sobre osos y “wookies”. Pero sobre todo, el momento en el que tienen que llevar las bolsas “corriendo” y se encuentran con el compañero de trabajo de Omar, es simplemente desternillante.

– La frase: «Bro, I swear kusum bro I may ask you to blow yourself up but I will never ask you to piss in your own mouth»

– Conclusión: Intentar hacer reír con temas actuales, preocupantes y serios es todo un reto. Conseguirlo, casi imposible. Es cierto que al principio descoloca al espectador, que se queda sin saber muy bien como reaccionar (“Me ha hecho gracia, pero con este tema, ¿debo de reírme o no?”). Yo tardé en “entrar” en la película un rato, es cierto, pero en este mundo cinematográfico nuestro, no hay nada más gratificante que las sorpresas, y una vez que se le coge el punto, es mucho más disfrutable que cualquier película en la que ya sabes a lo que vas y lo que te esperas en todo momento. De todos modos, no nos equivoquemos: “Four lions” no es lo nunca visto en cine. Pero que uno de los países que más ha sufrido y sufre los atentados terroristas en los últimos años sea capaz de hacer algo así, es para quitarse el sombrero. No se si es una película necesaria, pero desde luego, en los tiempos que corren, es absolutamente de visión imprescindible.

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