– ¿Qué?: Desde que le ve nacer, Albert, un joven hijo de granjeros en Devon, queda prendado del caballo Joey. Finalmente, su padre acabará comprando a Joey, y a partir de entonces surgirá entre el joven y el caballo una fuerte amistad. Cuando comienza la Primera Guerra Mundial, el padre de Albert vende a Joey al ejército para saldar sus deudas. Albert no duda en alistarse para estar junto a su amigo, pero no se le permite hasta que no cumpla 19 años. Entre tanto, Joey vivirá en la guerra toda una serie de aventuras y desventuras mientras espera reencontrarse con su dueño…
– ¿Cuándo?: ayer, viernes (primera sesión del día del estreno, es lo que tiene ir con un admirador incondicional de Spielberg)
– ¿Dónde?: en los Cines Ideal
– ¿Por qué?: es una de las películas de la temporada de Oscars, es de Steven Spielberg, que me suele gustar (aunque sin maravillarme como a mucha gente), y va de caballos, que, qué le vamos a hacer, son una de mis debilidades.
– Merece la pena porque… lo nuevo de Spielberg quiere emular al gran cine clásico. Aunque es evidente que se trata de una película menor dentro de su filmografía. Uno ya sabe lo que a ver cuando se dispone a visionar “War Horse”; lo cual no significa que me guste. Sí, se desarrolla en la Primera Guerra Mundial, pero esta no es una película bélica a lo “Salvar al Soldado Ryan” (Saving Private Ryan, 1998), no; se trata de una adaptación de un libro infantil (y de su exitosa versión teatral), sobre la amistad, y no sobre la amistad cualquiera, sino para más inri, la amistad entre humanos y animales. Con una historia así, Disney haría maravillas. Y no es que Spielberg se aleje mucho del tema, la verdad. Porque todo es bonito y amable en esta película, tanto que roza el surrealismo en una guerra en la que no hay sangre, o en lo bien que reaccionan todos ante la aparición de los caballos y la rapidez con la que les cogen un cariño desmesurado (sí sí, son animales preciosos, a todos nos encantan, pero en determinadas situaciones hay cosas que están por encima… la vida, por ejemplo). Y este es el afán constante de la película, el querer mostrar sólo el lado agradable de las cosas, como ese momento del nacimiento del caballo, en el que en un plano se ve a la yegua tumbada en el suelo, y al siguiente el caballo ya ha nacido. ¿Nos hubiésemos muerto por ver un poco del alumbramiento? Spielberg parece contenerse recordándose constantemente que su película es no recomendada para menores de 7 años, y por tanto no puede haber en la misma nada en exceso desagradable, o complicarla demasiado con cosas como que los personajes hablen otro idioma que no sea inglés, eso sí con acentos (falsos o no). La película va de unos extremos a otros; por un lado demasiado épica y ñoña cuando no tiene que serlo (todo el principio hasta que estalla la guerra), cargada de frases lapidarias de esas que nadie diría y que sólo quedan bien (y no siempre) en una película. Pero como digo, todo esto ocurre muy pronto. Por otro lado, es muy fría e incluso contenida cuando tampoco debería, especialmente en ese esperadísimo reencuentro final, que no tiene un ápice de emoción. Entre tanto, la historia va pasando como si el caballo Joey estuviera viviendo su propia Odisea de Homero. Entretenida es, y mucho, teniendo en cuenta su extensa duración, pero a la vez está algo alargada, con momentos y personajes muy prescindibles.
La película tiene pues técnicamente sus puntos más fuertes. A pesar de que en la dirección, Spielberg no se no se molesta apenas en hacer virguerías con la cámara, salvo en momentos muy puntuales (la famosa escena del ojo del caballo). Tal vez no le hacía falta en este caso, pero después de haber visto una dirección tan portentosa como la de “Las aventuras de Tintín: el secreto del Unicornio” (The adventures of Tintin, 2011) hace tan sólo unos meses, choca volver a ver al director tan sobrio, calmado, y sí, poco original. Eso sí, en las escenas bélicas se luce. Por otra parte, excelentes son la fotografía, la dirección artística y el vestuario. El ya octogenario John Williams es conocido por todos como uno de los grandes compositores de la Historia del cine. Pero si bien “War Horse” no es una de las grandes películas de Spielberg, tampoco la banda sonora es de las mejores de Williams. Es simplemente bonita, agradable, pero sin ningún tema que destaque y quede retenido en nuestra memoria, y con una constante descripción de cada momento, haciendo que el espectador sepa en cada momento lo que va a ocurrir, porque antes de que pase ya se lo ha dicho la música. Son escasas las ocasiones en las que la música sirve como acompañamiento y no como parte fundamental de la escena, cosa que muchas veces es innecesario. Ya sea John Williams o cualquier otro compositor, hay que saber cuando contenerse y no robarle protagonismo a la película, ya que sí, algunas veces funciona, pero pocas.
En cuantos a los actores, aunque el elenco está plagado de rostros conocidos, como siempre en este tipo de historias el auténtico protagonista y el que mejor está es el caballo, que tiene más personalidad y expresividad que cualquiera de los humanos. Aún así, no me llegó a parecer nunca tan entrañable como cabría esperar, y es más, ni siquiera vi que la pasión que siente el protagonista hacia él fuera correspondida, más bien parece que el caballo se deja llevar y poco más, pero nunca parece estar esperando o querer reencontrarse con el chico. Junto a él, el otro protagonista es el debutante en cine Jeremy Irvine, que realiza una interpretación bastante solvente, llevando sobre él gran parte del melodrama, y consigue transmitir todo el amor que siente por el caballo a través de su mirada, pero sin ser excesivamente lacrimógeno, aunque a veces su personaje resulte algo distante. De todo el reparto de secundarios, destacan muy especialmente Benedict Cumberbatch, y sobre todo, Tom Hiddleston (estupendo), cuyas escenas son de las mejores de la película. También están muy bien David Thewlis, Emily Watson, que logra sacar adelante un personaje muy estereotipado cargado de frases insoportablemente profundas, o Niels Arestrup, aunque su papel sea uno de los prescindibles de los que hablaba antes. Bastante desaprovechado está el siempre muy eficiente David Kross, y muy regular Celine Buckens.
– El momento: probablemente el momento más espectacular de la película a todos los niveles es en el que el caballo, intentando evitar ser arrollado por un tanque, acaba corriendo por las trincheras de los soldados y queda atrapado en una alambrada situada en tierra de nadie. Portentoso momento de dirección de Spielberg, en el que se unen acción y épica, y un pulso frenético que entre tanto “relax” encorsetado, es como un soplo de aire fresco.
– La frase: «I don’t know much about life… but I do know there are big days and there are small days. And most days are small days, don’t matter much to anyone, but this, this is a big one.«
– Conclusión: comentábamos en clase ayer que hay películas que marcan un antes y un después y que suponen una ruptura con respecto a lo que estamos acostumbrados a ver, y que “War Horse”, a pesar de su calidad técnica (la cual, aunque no me parece revolucionaria en ningún sentido, es indudable que posee), no provoca nada nuevo dentro del panorama cinematográfico. No me convenció ni a mi, que a clasicona no me gana nadie. Todo se queda a medias, quiere desprender continuamente un aire cándido y bienintencionado, que contrasta con su frialdad y su falta de empatía, transformándose en una película que se ve, sin más. Se puede decir lo mismo de muchas otras, claro está, pero a alguien de tanta importancia como es el señor Steven Spielberg, le exijo un poquito más, la verdad.
De acuerdo en todo lo que dices.
Estupendo análisis !
Gracias Jo! Qué ilusión leerte por aquí!
La verdad es que tenía mis dudas de si no habría sido muy mala con la película, pero viendo que alguien que es seguidor de Spielberg, como creo que tu eres, piensa lo mismo que yo, me siento realizada jejejejeje.
Gracias por el comentario, nos vemos pronto!;)
Pues siento decir que estoy bastante de acuerdo contigo. Y digo «siento» porque soy un gran admirador de Spielberg y aquí me he sentido defraudado. No es una mala película, por supuesto, pero, para empezar, no emociona (algo ya imperdonable, ya que está fabricada para ello), y luego parece ser un continuo homenaje de Spielberg al cine de John Ford y David Lean (el personaje de Hiddleston me recordó barbaridad a Peter O´Toole dando vida a Lawrence), que cómo tal consigue ser estupendo pero carece de alma propia, Otro punto débil, el guión y tene un comienzo y final tan extremadamente alargados. En fin, un Spielberg para toda la familia, muy disney (no en vano, y qué casualidad, es la primera película que le distribuye la casa de Mickey Mouse), pero menor.
Muy buen comentario !!
P.D. Sobre el momento, coindico plenamente, es la única secuencia en que se me han puesto los pelos de punta y he llegado a ver esa magia que caracteriza a Spielberg.
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