Ayer, en la tercera jornada del Festival de Cine Alemán, se empezó a dejar sentir la cercanía del fin de semana y pudimos ver una mayor afluencia de gente, lo cual siempre es una alegría. Aunque el día había empezado por la mañana con «Los Cinco», proyectada para unos 400 niños, nosotros empezamos una nueva marcha intensa de tres películas a las 17h, cuando pudimos ver «Padre, madre, asesino», una tv-movie de calidad bastante interesante. La película nos da una visión de como una familia intenta sobreponerse al hecho de que el hijo haya asesinado a tres personas. En este sentido me recordó en cosas a la americana «Beautiful Boy» (2010), viendo las reacciones de cada miembro, especialmente las del padre, que en un primer momento se cierra y es el único que no intenta encontrar una razón lógica a lo que ha sucedido. La película va derivando así en su segunda parte hacia un drama más psicológico, en el que se analizan los motivos para averiguar cómo el hijo ha podido actuar de esa manera, para acabar como una película de juicios casi clásica. La reflexión global de la película podría ser: ¿Se puede seguir queriendo a alguien después de que haya hecho algo terrible? Niki Stein dirige de manera correcta, con momentos de cámara en mano y algunos planos secuencia muy interesantes. Todos los actores están bien en sus papeles, pero especialmente destaca el excelente Heino Ferch, conocido actor recordado sobre todo por su papel de Albert Speer en «El hundimiento» (Der Untergang, 2004), que lleva sobre él el peso de toda la historia.
Tras ella, a las 19:30h se proyectaba el último pase de «La invisible», y por otro lado, «Viento del Oeste», película de Robert Thalheim que me sorprendió muchísimo, ya que me la imaginaba más clásica, y tiene una factura más independiente de lo que esperaba. En 1988, un año antes de la Caída del Muro, Isabel y Doreen, dos inseparables hermanas mellizas precendentes de la RDA que son las campeonas de remo de su localidad, son enviadas como premio a un campamento de verano en Hungría donde podrán entrenar para poder cumplir su sueño de vivir al año siguiente en un club deportivo de Berlín. El problema surgirá cuando conocen a unos jóvenes de la RFA, que les descubren otra forma de vida, y Doreen se enamora de uno de ellos, Arne. A pesar de que la relación parece imposible, Arne les propone a las dos huir con ellos a Hamburgo. Será entonces cuando las hermanas empiecen a tener intereses diferentes y tengan que empezar a tomar decisiones por separado. Se trata de una película increíblemente bonita y tierna, y también bastante divertida por momentos. Pero en el fondo, se vuelve a tener una mirada muy crítica sobre la falta de libertad que existía en la RDA. Thalheim consigue momentos de gran belleza visual, que se incrementan aún más con la hermosa música de Christian Conrad. Todos los actores jóvenes están muy bien, sobre todo los encantadores Friederike Betch y Franz Dinda como Doreen y Arne, que son la perfecta personificación del romanticismo y del primer amor.
Totalmente recomendable película, tenéis otra oportunidad de verla mañana sábado a las 17h.
Y no pudimos acabar mejor el día que con una nueva película de la retrospectiva de Andreas Dresen, «A media escalera» (Halbe Treppe, 2001), película clave en la filmografía del director, que supuso un punto de inflexión, llevando hasta el extremo el realismo del que hablábamos ayer en. Es una película rodada con un equipo de tan sólo 7 personas, grabada con cámara manual, con iluminación y sonido natural, y totalmente improvisada, sin guión previo. La película vuelve de nuevo a tratar las relaciones humanas, y de cómo la gente, cuando llega a mitad de su camino (de ahí el título) tiene a veces que pararse y buscar de nuevo la felicidad que ha perdido. Eso es lo que hacen los protagonistas de la película, dos pareja de amigos que viven en Frankfurt del Óder, y que verán alteradas sus vida cuando la mujer de una y el marido de la otra se enamoran y comienzan una relación. Tiene elementos de comedia francesa de enredos, pero con el estilo y el sello personal de Dresen, que vuelve a lanzar esa mirada de cariño por personajes normales que se salen del estereotipo, y consigue una película divertida y tierna que hace reflexionar sobre la vida y lo que queremos. Los actores, que son amigos del director, parecen estar todos en estado de gracia natural, y es en gran parte por su trabajo que la película funciona tan bien. La música, del grupo alemán 17 hippies, es también otro de los protagonistas de la historia. Cabe destacar, como ya ocurría en «Stopped on track», la introducción de elementos que rompen con el realismo de la historia, y en este caso, incluso con la narración, como esas entrevistas a los protagonistas, que en principio se grabaron para ayudar a los actores a introducirse en sus personajes antes del rodaje, pero que en el montaje final se incluyeron en la película, y le dan un aspecto documental aún mayor.
Como dijo Andreas Dresen ayer, gracias a esta película descubrió que el cine es mucho más que una industria, es una aventura. Las películas de Dresen serán muy realistas, pero siguen siendo cine al fin y al cabo, y en ellas contienen mucho de la esencia y de lo que es puramente el cine. «A media escalera» es otra joya que nadie debería perderse.
Y hoy que es viernes, está nublado y hace más fresco, no tenéis excusa para no ir al cine! A las 17h. veremos las segundas (y últimas) sesiones de «Khodorkovsky» y «La suma de todas mis partes». A las 19:30, primer pase de «Merced» (Gnade, 2011), película de Matthias Glasner que se perfila como la más difícil de esta edición, y la última película de la restrospectiva de Andreas Dresen, «En la nubes» (Wolke 9, 2008), que quizás algunos ya hayan visto porque es la más conocida en nuestro país del director, y se estrenó en cines en su día. Y por la noche, último pase de «Tres cuartos de luna», y primero de «La guerrera» (Kriegerin, 2011), otra da las películas más importantes y con más presencia en los premios Lola de este año, en el que contaremos con la presencia de su director, David Wnent. Animaos, que aún hay mucho por ver y sólo quedan dos días!