Ayer, 4ª jornada del Festival de Cine Alemán de este año, fue un día de películas duras, pero eso no impidió que las salas se llenaran de gente. Mientras unos veían el último pase de «Khodorkovsky», nosotros asistimos, en primer lugar, al también último de «La suma de todas mis partes», del director Hans Weingartner, que como ya dije en un post anterior es también el director de «Los edukadores», su segunda película, relativamente conocida en nuestro país, aunque también se estrenó en salas comerciales su tercer trabajo, «Un juego de inteligencia» (Free Reiner -Dein Fernseher lügt-, 2007). Su cuarto largometraje nos cuenta la historia de Martin, un matemático con problemas psicológicos que ha pasado medio año en un psiquiátrico, y al salir y darse cuenta de que no puede recuperar su vida, vuelve a caer una espiral de autodestrucción, quedándose sin casa y alcoholizado. Es entonces, en esa situación tan terrible, cuando conoce a Viktor, un niño ucraniano cuya madre a muerto y que está tan sólo como él. Viktor animará a Martin a salir adelante y juntos se van a vivir al bosque solos, sin ataduras y sin que nadie les diga que hacer. Allí parecen ser completamente felices. Weingartner, que hace un buen trabajo de dirección (estuvo nominado al Lola) vuelve a abordar el tema de las enfermedades mentales como ya hizo en su primera película, «El sonido blanco» (Das weisse Rauschen, 2001), pero el problema es que lo hace desde un punto de vista falto en exceso de sutileza. Si decíamos que Andeas Dresen era el ejemplo perfecto de como hacer dramatismo realista sin excesos, «La suma de todas mis partes» es ejemplo de lo contrario, todo se muestra de manera muy tosca y con situaciones muy forzadas (como el personaje de la chica, que llega a ser ridículo de lo prescindible que es), y en ocasiones, es demasiado gratuitamente dramática. Una lástima porque la historia es interesante, aunque no excesivamente original (inevitablemente recuerda a veces a «Una mente maravillosa» – A beautiful mind, 2001-), y se sigue bien, con final «sorpresa» (supuestamente, aunque precisamente por el empeño de Weingartner de mostrar en lugar de sugerir, yo ya me lo había imaginado mucho antes) incluido, pero hay cosas que te sacan de ella y nos hace muy difícil creernos lo que está pasando. Eso sí, la película cuenta con una gran baza a su favor, que es la extraordinadoria interpretación del protagonista, Peter Schneider, que consigue transmitirnos algo de la emoción que la película por sí misma no hace, y además, con una contención impresionante en comparación con el resto. Nominado al Lola al mejor actor, es una pena que Milan Peschel supusiera una competencia tan grande, porque él también merecería haberse llevado el premio con todo el derecho. La película tiene interesantes reflexiones sobre el miedo, la libertad, la amistad y la locura, pero es la química que existe entre Peter Schneider y el niño que interpreta a Viktor, Timur Massold, lo que consigue salvarla totalmente.
Así que, sin llegar a disgustarme muchísimo, «La suma de todas mis partes» es probablemente la película que de momento menos me ha convencido de esta edición.
A las 19:30h. no fui al pase ya que se proyectaban «Merced», que veré esta noche (con dos películas muy duras ya era suficiente para un mismo día), y la última película de la restrospectiva de Andreas Dresen, «En la nubes», películas de amor y sexo entre dos personas mayores, que en su día se estrenó en nuestro país titulada «En el séptimo cielo», y que ya he visto varias veces. De ella se podrían destacar los mismos apectos y características que son la huella de Dresen en sus otras películas: realismo, interés por las personas y sus relaciones… Quizás de todas las mostradas en la retrospectiva, incluida «Stopped on Track», esta sea la que menos me guste, pero merece mucho la pena verla igualmente
Y a las 22h., me quedé definitivamente sin ver «Tres cuartos de luna» (alguna siempre hay que perderse) en favor de ver «La guerrera», opera prima del director y guionista David Wnendt, quién finalmente no pudo llegar a tiempo ayer para asistir al coloquio, pero que hoy sí que estará en el Festival. La película fue una de las grandes revelaciones del pasado año, y también una de las grandes triunfadoras de los Lola, obteniendo los premios al mejor guión para Wnendt, y la mejor actriz para Alina Levshin. En ella se nos introduce en el corazón de un grupo neonazi del que forma parte Marisa, una joven que adora a su abuelo pero que tiene mala relación con su madre. Lleva hasta los extremos lo que ha aprendido en su grupo, pero cuando el destino le ponga en su camino a un chico afgano al que tiene que ayudar, se dará cuenta de que no tiene las ideas tan claras. «La guerrera» es una película dura y descarnada, la cual cuesta mucho de digerir, así prefiero esperar a ver que nos cuenta hoy el director y mañana poder hablar más ampliamente de ella, porque, como digo, no es una película fácil en absoluto. Si queréis comprobarlo vosotros mismos, hoy tenéis una nueva oportunidad a las 19h.
Y sí, con gran pesar para nosotros, hay que anunciar que hoy es el último día del festival. Pero aún tenéis la oportunidad hoy de ver 6 grandes películas alemanas, no perdáis la oportunidad porque luego os arrepentiréis y tendréis que esperar otro año entero. A las 17h., padres e hijos podrán ver «Los Cinco», y los demás, «Viento del Oeste». A las 19h., «La guerrera», como ya he dicho con la presencia de su director, y «Niños prodigios». Y a las 22h. acabaremos definitivamente con los últimos pases de «Stopped on Track» y de «Merced».
Y como regalo por ser el último día, os dejo aquí el bonito corto que pudimos ver ayer antes de «La suma de todas mis partes», «The day I turned into a ghost», de Ines Christine Geisser y Kirsten Carina Geisser. Disfrutad!!!