La película del día

Críticas de cine y cobertura de festivales

Elefante blanco (2012)

– ¿Qué?: Julián, un sacerdote católico gravemente enfermo, va a buscar a su compañero Nicolás, que ha resultado herido en un ataque sufrido en el lugar donde trabajaba en el Amazonas. Julián llevará a Nicolás, que ha quedado traumatizado por el hecho, a trabajar con él en la mejora de la calidad de vida de una villa marginal de Buenos Aires, en la cual está situado el «Elefante blanco», un edificio abandonado a medio construir que estaba destinado a ser el hospital más grande de Latinoamérica. Ambos sacerdotes empezarán a tener ideas y visiones diferentes de cómo hay que hacer las cosas…

– ¿Cuándo?: Ayer

– ¿Dónde?: en el preestreno del Cine Palafox, con la presencia del director y los actores

– ¿Por qué?: Cualquier película en la que salga Ricardo Darín, al margen de cualquier otra cosa, me llama la atención. Además el cine argentino me gusta mucho, y el argumento de la película me pareció muy interesante. Para cuando salió el impresionante tráiler, ya tenía claro que había que verla.

– Merece la pena porque… es una película ambiciosa y comprometida, que pretende denunciar una terrible realidad y mostrar cómo hay gente que lucha por ayudar a los demás, sean cuales sean las circunstancias. Pablo Trapero («El bonaerense» -2002-, «Leonera» -2008-, «Carancho» -2010-) es uno de los directores argentinos más importantes de su generación. Muy involucrado con los problemas de la sociedad, que siempre nos muestra en pantalla, aquí los lleva al extremo. Es una película muy dura que provoca un gran impacto visual al no cortarse en mostrarnos jóvenes drogándose, o cadáveres en primeros planos. Los trabajos de Trapero se caracterizan por un gran realismo, algo que le da a «Elefante blanco» en ocasiones un aspecto casi documental, pero también posee un gran dominio del lenguaje visual cinematográfico. Trapero dirige con buen ritmo y algunos alardes técnicos, como los (en ocasiones angustiosos) planos secuencia. Esto hace que la película cinematográficamente sea muy valorable, pero también algo manipuladora, ya que le falta esa espontaneidad que sería propia del documental, y todo parece muy pensado e incluso algo forzado.

Trapero sabe narrar la historia, más a través de imágenes que de palabras, no hay más que ver el estupendo prólogo, que sin darnos cuenta nos pone totalmente en situación. Sin embargo, mientras que es técnicamente muy madura, la historia profundiza muy poco y se queda a medias en los temas que trata. Mete sub-tramas demasiado «peliculeras», como es la historia de amor, y llega un punto en que a Trapero parece que la película se le escapa de las manos, algo que queda más que evidenciado en un final que parece casi una caricatura de la tragedia shakespeariana, exageradísimo e innecesario, para acabar dejándolo todo innecesariamente abierto.

Por otro lado, tenemos una descripción de personajes muy buena, no son personajes tópico, sino que tienen matices, y los actores saben aprovecharlos. Ricardo Darín está muy bien, eso ya no es soprendente, y por tanto a estas alturas ya le pedimos algo más, y aquí no hace ni mucho menos uno de sus mejores y más impresionantes papeles. Más me gustó el belga Jérémie Renier, a pesar de que sus esfuerzos con el idioma le hacen parecer algo forzado en ocasiones, pero está perfectamente adecuado a su papel. Martina Gusmán, esposa del director, también encarna perfectamente a la trabajadora social de la villa. Entre los tres hay muchísima química, y hacen que la película funcione muy bien. Destaca también la «interpretación» de las gentes de la villa, muchos de ellos no actores profesionales, si no auténticos habitantes de ellas, que aportan frescura y realidad.

– El momento: cualquiera de los planos secuencias en los que el director se luce, sobre todo en el que Nicolás se introduce en la zona de los narcotraficantes para recuperar un cadáver. También destacan los momentos más intimistas entre los dos protagonistas, como el de la confesión, precioso.

– La frase: «Me siento culpable por haber sobrevivido…»

– Conclusión: «Elefante blanco» no deja indiferente, es complicada y hace reflexionar. Además está bien hecha e interpretada. Pero no llega a ser redonda, y se merecía un final mejor. Hay muchas películas que denuncian situaciones de manera bastante más eficaz. Aún así, le resultará interesante a cualquiera que se preocupe por los problemas actuales del mundo

2 comentarios el “Elefante blanco (2012)

  1. Hildy Johnson
    13 julio, 2012

    No quiero dejarla escapar por nada del mundo. Me apetece mucho. Yo también soy una incondicional de Darín… y me chifla Jérémie Renier (me apasiona el cine de los Dardenne y él siempre está magnífico en sus películas). De trapero sólo he visto Carancho que me pareció una interesante y dura propuesta. Así que si no cae este fin de semana, cae la semana que viene seguro. Ya te contaré que me parece…
    Besos
    Hildy

  2. sofia martínez
    3 marzo, 2014

    Maravillosa, hace poco la vi en hbo filmes y de verdad es una excelente propuesta con una historia central que invita a la reflexión y al debate, y con diferentes relatos paralelos que, sin ser del todo atrapantes, acompañan correctamente la cruda y muy interesante narración principal. Vale mucho la pena.

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Esta entrada fue publicada en 8 julio, 2012 por en Cine Argentino y etiquetada con , , , .
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