– ¿Qué?: En la zona de alta seguridad de la cárcel romana de Rebibbia, los directores Paolo y Vittorio Taviani ruedan una película en torno al día a día de un grupo teatral de presos mientras ensayan su nuevo montaje, “Julio César” de Shakespeare, dirigido por Fabio Cavalli. Los presos irán involucrándose cada vez más en un proyecto que les sirve como vía de escape de su vida en prisión…
– ¿Cuándo?: Hoy viernes por la mañana
– ¿Dónde?: en el pase de prensa de los Cines Verdi, con la presencia de uno de sus directores, Paolo Taviani, con motivo de la celebración de la 5ª edición del Festival de Cine Italiano de Madrid, que está dedicada a ellos.
– ¿Por qué?: se trata de una de las grandes película europeas de este año, ganó el Oso de Oro en Berlín, fue la triunfadora de los Premios David di Donatello, está nominada a los Premios del Cine Europeo y es la candidata por Italia al Oscar a la mejor película de habla no inglesa. Con su atrayente argumento y su interesante acabado formal, pocos motivos más hacen falta para que a uno le entren ganas de verla.
– Merece la pena porque… es una película absolutamente pasional y enérgica, con la fuerza liberadora del arte como auténtica protagonista. Los octogenarios hermanos Paolo y Vittorio Taviani, que llevan más de 50 años en la industria cinematográfica italiana y se caracterizan por sus películas de tipo político y social, son los artífices de este escenario formado por celdas y pasillos en el que, durante hora y poco, nos olvidamos de que esos actores que se dejan en alma en la representación son reclusos condenados a prisión por distintos hechos criminales. Los hermanos Taviani, llevan a cabo un pseudo documental de influencia y características neorrealistas en el que distinguir lo que es realidad y lo que es representación resulta bastante complicado. Y en el fondo tampoco importa. En palabras del propio de Paolo Taviani, la película “se basa en documentos verdaderos que se enlazan con la fantasía de Shakespeare”. Con el uso clásico y a la vez adulterado del riguroso blanco y negro para el largo flashback que es casi toda la película, la tensión se genera a través de los potentes primeros planos y de una estupenda y perfectamente dosificada banda sonora compuesta por Carmelo Travia y Giuliano Taviani.
“¡Cuántos siglos verán representar esta sublime escena en naciones que están por nacer y en lenguas aún desconocidas! ¡Cuántas veces se verá sangrar a César sobre el teatro!”, escribió Shakespeare en uno de los momentos más decisivos de “Julio César”. Con un respeto máximo hacia la obra del dramaturgo inglés, los Taviani realizan la enésima versión de la tragedia, que es excepcional sobre todo por lograr reconciliar dos lenguajes que muy pocas veces consiguen integrarse con éxito, como son el cine y el teatro. El pequeño milagro que consiguen los Taviani es aunar las dos formas de representación artística, consiguiendo un trabajo teatral y cinematográfico a partes iguales, que tiene la fuerza y la cercanía del teatro, pero también usan la estructura y los recursos propios del cine para darle mayor expresividad. El conjunto resulta espontáneo y elaborado a la vez, un trabajo muy limpio y meticuloso en su forma (los cuidados planos con la bellísima fotografía de claroscuros) que a la vez desprende frescura y naturalidad.
Por otra parte, el 2012 se caracterizará por habernos dado algunas de las mejores interpretaciones del cine italiano en años, que casualmente provienen de actores no profesionales, más concretamente de presos: desde el naturalismo absoluto del condenado a cadena perpetua Aniello Arena en “Reality” de Matteo Garrone, hasta todos los entregados protagonistas de “César debe morir”, que ponen todos sus sentimientos y sus experiencias vitales en sus interpretaciones, dándole a la obra la gran fuerza trágica que le corresponde. Especialmente destacan por su ímpetu Salvatore Striano (el único que realmente ya no es preso, tras recibir un indulto en 2006, y que poco a poco se está labrando una carrera como actor profesional) en el papel de Bruto, y Cosimo Regia en el de Cassio.
– El momento: ninguna escena de la película tiene desperdicio, pero especialmente poderosos son los momentos del asesinato de Julio César y los posteriores discursos de Bruto y Marco Antonio.
– La frase: Da quando ho conosciuto l’arte, questa cella è diventata una prigione (Desde que conozco el arte, esta celda se ha convertido en una prisión)
– Conclusión: “César debe morir” es un homenaje a Shakespeare, al teatro en general, al cine y a la vida. Como nos ha dicho Paolo Taviani, para él (como para muchos de nosotros), el cine lo significa todo junto con el amor, pero es que el cine también forma parte de ese amor. Y amor al cine es lo que me transmiten películas como la que nos ocupa. Reconozco que si este hubiese sido un gran año cinematográfico, nos encontraríamos ante otra muy buena película más. Pero como el año está siento bastante regular (algo que ya viene siendo habitual), sin ser una obra maestra, “César debe morir” se ha convertido automáticamente en lo mejor que he podido ver hasta ahora. Imprescindible para todos los amantes del arte, así en general.
Sofía, voy a verla hoy y no sabes lo que me apetece y después de leer tu estupenda crítica más todavía.
Beso
Hildy
Muchas gracias! Espero que te guste tanto como a mi. Ya me contarás!
Un besazo 🙂
Yo también quiero verlaaa!! Muy buena tu crítica Sofi, me encanta como escribes!
Por cierto muy buena esa frase.
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Muy Buena gracias
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