La película del día

Críticas de cine y cobertura de festivales

Coriolanus (2011)

Coriolanus-633713199-large  – ¿Qué?: en la Roma actual, el ambicioso y temible general Caius Martius tiene sumido al pueblo en un estado dictatorial, reprimiendo cualquier levantamiento que pueda haber contra él. También se encuentra en guerra con su principal enemigo, Aufidius. Cuando por fin se encuentran cara a cara, Aufidius no logra vencerle, pero jura que algún día lo hará. Mientras, Martius, nombrado ahora Coriolanus por sus logros en batalla, quiere presentarse a cónsul de Roma, pero para ello necesitará el apoyo de un pueblo que le odia y que él desprecia…

-¿Cuándo?: Ayer, en el pase de prensa.

-¿Dónde?: en los Cines Verdi.

 -¿Por qué?: cualquier película que adapte una obra de Shakespeare ya tiene una base para gustarme. Esta, con su gran reparto, la tenía pendiente desde hace casi año y medio, pero por continuos retrasos en su fecha de estreno aún no la había visto. Y ahora sí que sí parece que por fin se estrenará el viernes que viene en nuestro país, a la vez en cines, plataformas VOD, y DVD para alquiler y venta.

 – Merece la pena porque… es una historia muy aplicable a la situación política que vivimos en la actualidad, y por tanto, vuelve a dejar patente que la obra de Shakespeare es universal y atemporal. El actor Ralph Fiennes realiza su debut como director adaptando una de las obras más complejas del autor inglés, que además produce y protagoniza. Fiennes trata de extraer a Shakespeare desde sus mismas entrañas, una versión dura y brutal, que a momentos funciona, pero en general resulta algo fría. Su realización tiene mucho nervio, mezclando imágenes reales con otras de archivo falsas, y una utilización muy expresiva de los primeros planos que da una mayor fuerza a las interpretaciones. Sin embargo, el conjunto carece de la épica y la pasión que las tragedias de Shakespeare suelen tener. Tal vez lo que le falta a Fiennes es definir su estilo, y en qué dirección quiere tirar, ya que “Coriolanus” a veces parece una película bélica ambientada en Irak, otras veces tiene algo de la Vietnam de “Apocalyse Now” (1979), otras un pseudo documental, y acaba resolviéndose como una gran obra de teatro puesta delante de una cámara. Todas estas partes no desentonan ni chirrían entre ellas especialmente, pero dan más la sensación de falta de personalidad y de no tener las cosas claras que de originalidad. Habrá que ver, si es que los hace, cómo se maneja Fiennes en sus siguientes trabajos como director.

El guión tiene su principal ventaja, y también su principal problema, en su misma procedencia. El productor y guionista John Logan, que tiene en su curriculum interesantes trabajos que van desde “Gladiator” (2000) hasta “La invención de Hugo” (Hugo, 2011) o “Skyfall” (2012), acorta el texto de Shakespeare para dejarlo en un metraje estándar de dos horas, pero por lo demás, no cambia nada. Y lo que ocurre es que al principio resulta tan chocante que romanos de nuestros días que se llaman Martius o Titus declamen frente a una cámara de televisión o en medio de un ataque bélico sus poéticos monólogos en inglés antiguo, que incluso se puede escapar alguna risa involuntaria. Por suerte, la obra original es suficientemente consistente como para enganchar enseguida al espectador, y al final uno se acaba acostumbrando a este desfase temporal. Pero si lo que se pretende es hacer una versión actual de una obra del siglo XVII, también tiene que adaptarse y modernizarse un poco el lenguaje como se hace con la ambientación. Si no, lo que nos queda es una representación de Shakespeare normal y corriente pero situada en un marco absurdo, absolutamente fuera de contexto.

No es la primera vez que comento que adaptar e interpretar a Shakespeare ya es bastante complejo haciéndolo por separado, como para intentar hacer las dos cosas. Casi nunca sale bien, y es mejor saber delegar y centrarse en una cosa, porque si uno se encarga de todo, al final el conjunto tiene que acabar haciendo aguas por algún lado, sino por todos. En este caso, si bien decíamos que la dirección de Ralph Fiennes es bastante solvente para un director novel, es su interpretación lo que falla. Es cierto que no hay nadie que haga de malo como él, ya que logra infundir auténtico terror con su sola presencia y su mirada. Pero su actuación, que seguramente sobre un escenario sería absolutamente impresionante de ver, en cine resulta exagerada y artificial (atención a ese momento en el que llora… ¡sin lágrimas!). No hay necesidad ni motivo para tanto bramido y tanta gesticulación, ni para esas pausas tan teatrales, eso delante de una cámara no funciona, y el señor Fiennes debería saberlo mejor que nadie, que no es un recién llegado a este mundo. Una lástima, porque este podría haber sido uno de los grandes papeles de su carrera. Todo lo contrario le ocurre a un increíble Gerard Butler en el que es su mejor papel desde “El fantasma de la ópera” (The Phantom of the Opera, 2004) y “300” (2006), consiguiendo una combinación perfecta entre naturalidad y trascendencia. Un placer de ver y escuchar, sí señor. Pero para estupendos de verdad, ahí están Brian Cox y James Nesbitt, que se mueven como peces en el agua por el texto de Shakespeare, recitándolo con la mayor naturalidad del mundo, que es lo que requiere este tipo de adaptación. En cuanto a la parte femenina del reparto, Jessica Chastain se limita a estar y poco más, no hace nada relevante, y Vanessa Redgrave, como gran dama de la historia, también impone con su presencia, aunque al igual que Fiennes, a veces resulta algo forzada.

– El momento: los enfrentamientos de Fiennes y Butler, como bien indica el póster, son los momentos álgidos de la película, especialmente el final, este sí muy trágico y con parte de la épica que le falta al resto de la película.

– La frase: “Our virtues lie in the interpretation of the time. One fire drives out one fire. One nail, one nail. Rights by rights falter, strengths by strengths do fail. When, Caius, Rome is thine, thou art poorest of all. Then shortly art thou mine”

– Conclusión: llevar una obra como “Coriolanus” a la gran pantalla es una empresa ambiciosa y complicada. En este caso, el resultado es una película interesante pero algo fallida. Es evidente el conocimiento y el respeto que Fiennes tiene por la obra de Shakespeare, y aunque eso es muy de agradecer, a veces hay que distanciarse un poco del original, sin perder esa consideración, para poder adaptarla con éxito al lenguaje cinematográfico, más si se decide ambientarla en la época contemporánea. Como película no aporta mucho, pero creo que quien se deje llevar por la historia y por la belleza del lenguaje de Shakespeare, la podrá disfrutar bastante.

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Esta entrada fue publicada en 19 enero, 2013 por en Cine inglés y etiquetada con , , , , , , .
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