La película del día

Críticas de cine y cobertura de festivales

Rebelde (Rebelle -War Witch-, 2012)

war-witch-poster01  -¿Qué?: Komana, una niña de 12 años, vive en un poblado del África subsahariana con sus padres. Un día, un grupo de rebeldes atacan su poblado y obligan a Komana y a otros niños a unirse a ellos. Allí, la capacidad de Komana de salir ilesa de los conflictos y ver a los muertos hará que sea considerada una bruja, y en ella se depositen todas las esperanzas para ganar la guerra. Komana parece tener asumido su destino, pero todo se complicará cuando ella y otro chico de la cuadrilla se enamoren…

– ¿Cuándo?: esta mañana.

– ¿Dónde?: en los Cines Verdi.

– ¿Por qué?: fue una de las candidatas a la Mejor película de habla no inglesa en la pasada entrega de los Oscar, que es una categoría que siempre intento ver al completo, ya que suele ser la que presenta trabajos más interesantes. Además, tengo una deuda pendiente muy grande con el cine canadiense, del que apenas he visto nada.

 – Merece la pena porque… es una de las visiones más crudas y realistas que se han hecho hacia el tema de los niños de la guerra, niños-soldado arrancados de sus hogares y obligados a colaborar con un movimiento armado. No en bano, la historia se desarrolla, como hemos dicho, en una región (no definida, aunque poco importa el lugar concreto donde suceda esta deplorable práctica, sino el hecho en sí de que suceda, sea donde sea) del África subsahariana, que es donde más se da esta situación. Ya desde su prólogo se nos pone en situación y no se suaviza nada, más bien nos golpea de frente y nos deja preparados para las escalofriante historia que vamos a presenciar. No sabemos muy bien cómo era Komana antes de que la secuestre el ejército rebelde (aunque lo podemos imaginar por sus reacciones en los pocos destellos de felicidad y esperanza que desprende la película), pero lo que sí sabemos es que, después de lo vivido, nunca a volverá a ser niña. Komana pasa en dos años por todas las etapas posibles del ser humano, incluso por algunas que, por suerte, muchos de nosotros no llegaremos a experimentar. La inteligente decisión del director y guionista Kim Nguyen de mantener la distancia, con momentos casi documentales, huyendo de la manipulación, dota a la película de una autenticidad muy pocas veces conseguida, menos en un tema que tiende tanto en principio a caer en el dramatismo peliculero. La película desprende además una extraña belleza gracias al cuidado uso de la fotografía, la música setentera afrobeat y el sonido (ese momento en el que Komana crea, abriendo y cerrando una puerta, la banda sonora de la siguiente escena, fantástico).

En todo momento el punto de vista es el de la niña, que dirige una mirada infantil hacia algo que para nosotros es impensable, y que para ellos es lo normal, y esto amortigua un poco los golpes que pueda recibir el espectador. De hecho, tiene aspectos de incluso cuento mágico, aunque ni el director ni la protagonista se abstraen ni se aislan nunca de lo que se está contando. Más bien, son clarísimamente conscientes de que aquí no hay piedad, matas o mueres. No hay lugar para el amor de ningún tipo, todo es seco y directo como un disparo. Esta dualidad entre violencia y ternura infantil no sólo es obra del buen hacer de Nguyen, sino también de la impresionante Rachel Mwanza (todo un descubrimiento), merecida ganadora del premio a la mejor actriz en Berlín el año pasado, que carga sobre sus jóvenes hombros con todo el peso de la película con su a la vez intenso y desencantado personaje, que finalmente se revela como una luchadora y superviviente frente a todos los horrores a los que se tenga que enfrentar. Ella es la película, y el resto de personajes son meramente anecdóticos en su mayoría, simplemente esbozados para configurar la historia, con la única excepción de Serge Kanyinda en el papel del Mago, que encarna junto a Mwanza la idea del amor puro, en contraposición a la crueldad que les rodea.

– El momento: precisamente, toda esa historia de amor entre Komana y el Mago es de lo poco optimista que se nos muestra en la película, el único atisbo de ilusión y alegría que tienen estos niños obligados a hacerse adultos a la fuerza. Especialmente los momentos de intimidad, como el de después de la boda, o en el que están solos en el bosque, preciosos.

– Conclusión: «War Witch» es el retrato naturalista de una realidad actual y no tan lejana como pueda parecer, que en ningún momento se permite caer en lo escabroso ni en lo moralista. Esto se puede confundir con frialdad, pero nada más lejos de la realidad: «War Witch» está cargada de emoción, solo que es muy contenida. Puede que no sea el tipo de película que uno escoja para ver por gusto, pero HAY que verla, se pase mejor o peor haciéndolo. No hay mejor manera de agradecerle a Nguyen su esfuerzo y valentía la hora de tratar un tema como este y no caer en tópicos, y de apoyar este tipo de cine tan necesario.

2 comentarios el “Rebelde (Rebelle -War Witch-, 2012)

  1. Pauli
    30 abril, 2013

    Sofiii!! Me ha encantado la cr’iticaaaaa!! Cada vez escribes major. Ya sabes que a mi este tipo de pelis… pero despues de leer tu critica, cualquiera querr’ia verlaa!!!

  2. Pingback: No llores, vuela (2014) | La película del día

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Esta entrada fue publicada en 29 abril, 2013 por en Cine canadiense y etiquetada con , , .
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