Reseña de Miguel Delgado
David Fincher entró con mal pie en el mundo de la realización cinematográfica con la problemática Alien³ (1992), que le dejó un peor sabor de boca a él que a los espectadores (hay que reconocer que no estaba mal). Para suerte de todos, metió un acelerón supersónico con su debut espiritual, Se7en (1995). Desde entonces ha ido forjándose película a película un prestigio prácticamente insuperable. Fue, sobre todo a partir de Zodiac (2007), su mejor filme para quien esto escribe, cuando dominó un arte que le ha convertido en el inquisitivo y magistral narrador que es hoy en día, y no es otro que el arte de la sutilidad. Antes del thriller inspirado en los asesinatos reales ya había demostrado virtuosismo y había entregado un par de películas dignas de entrar en los anales de la historia, pero ha sido en esta última etapa en la cual su madurez le ha permitido retratar el mundo actual desde una óptica menos reaccionaria y a la vez más cercana, como hizo en La red social (2010). Ahora llega su última obra, Perdida (Gone Girl), basada en el exitoso libro de Gyllian Flynn. Ella misma se ha encargado del guión de esté thriller inquisitivo que no hace más que reafirmar la fama del director.
Lo primero y principal, algo que seguramente todos ya hayan oído de boca de conocidos, es que hay que acercarse a la película sabiendo lo menos posible de su argumento (mejor nada), pues nos encontramos con una historia que se muestra retorcida no solo en sus entrañas, sino también en su historia, algo que Fincher entiende a la perfección, manejando un ritmo endiablado a la par que, como hemos señalado anteriormente, sutil casi siempre, encajando a la perfección los imprevistos giros de los que hace gala la obra. Nos encontramos está vez ante el menor alarde de espectacularidad en el manejo visual del realizador. Aquí no hay planos imposibles a lo El club de la lucha (1999) o La habitación del pánico (2002), ni escenas que dependan puramente de la imagen como podía ocurrir con los crímenes de Zodiac o la carrera de La red social. La planificación en este caso se presta en todo momento a acompañar a los personajes y a la narración, y estos son quienes llevan completamente todo el peso de la película, rodeados como es habitual de un envoltorio magistral.
La fotografía de Jeff Cronenwerth y el montaje de Kirk Baxter no llega al nivel de perfección que realizaron para La red social y Millennium: Los hombres que no amaban a las mujeres (2012, dos de los trabajos más estimulantes a nivel visual de los últimos años), pero sin duda estamos ante una labor estupenda de ambos profesionales. Los que si se han superado han sido los compositores Trent Reznor y Atticus Ross, que desde la película sobre el creador de Facebook han inventado a las órdenes de Fincher unas partituras ricas en atmósferas y en inquietantes melodías, en muchos casos de lo menos armónicas. Perdida (Gone Girl) es su mejor obra, una música hermosa deformada, inquietante, que llega a su punto álgido con el tema The Way He Looks To Me, que suena en el punto de inflexión más importante de la película y que representa de manera inmejorable los temas e intenciones que trata.
La novela de Flynn ha sido todo un fenómeno literario, y la propia escritora ha adaptado fielmente su trabajo. Un amalgama de thriller, comedia sarcástica negrísima, y drama de carácter apocalíptico que resulta tristemente reconocible y cercano. Todo representado por unos personajes interpretados por un reparto que a priori se antojaba como extraño. Ben Affleck realiza, de lejos, su mejor actuación hasta la fecha. Fincher ha sabido darle un papel a su medida y le ha exprimido lo que ha podido (que no parece ser demasiado), pero su mirada y su sonrisa clavan a la perfección con el papel que realiza. La que se ha llevado todas las alabanzas es una Rosamund Pike que se hace con la película en todas sus intervenciones en un personaje complicado (curioso cierto paralelismo entre su historia y el personaje de Brenda en la serie A dos metros bajo tierra). Neil Patrick Harris y Tyler Perry, conocidos casi exclusivamente por sus trabajos en comedia, no desentonan en absoluto tampoco. Y mención especial para Carrey Coon, que realiza una labor fantástica en su debut en el cine, tras haberla visto este año en la magnífica serie The Leftovers, donde realiza una escalofriante interpretación.
Pero no todo es perfecto en , aunque me hay que adentrarse en la trama y realizar unos cuantos spoilers para repasar sus inconvenientes
SPOILERS
La película va a más en todo momento, como una montaña rusa que va subiendo la pendiente de modo más disfrutable cada vez, hasta que llega el momento que da pie a la recta final de la película: El asesinato de Desi (Neil Patrick Harris), a manos de Amy (Rosamund Pike). Para ese momento ya ha quedado claro que “Amazing Amy”, puede ser un monstruo frio, calculador y manipulador, pero muy real, lo que da más miedo. El asesinato, y más en concreto la manera de hacerlo resulta algo estridente y transforma a la mujer en monstruo definitivo, apenas sin humanidad, que durante unos momentos saca un poco de la película. Aparte de que el plan de Amy resulta improvisado y forzado y es bastante inverosímil que no se la descubra. En seguida uno vuelve a entrar de nuevo de lleno, y la verdad es con un poco menos de extremismo se podía haber llegado al mismo final, y sería aún más inquietante y genial.
FIN DE SPOILERS
En resumen, otra gran película de Fincher, y van… Y para colmo un thriller, género que aborda de manera directa por cuarta vez y que ha demostrado dominar a la perfección. Oscura, divertida, llena de patetismo, con dardos envenenados hacia los medios de comunicación y hacía los modelos sociales establecidos, muchas veces llenos de miseria e hipocresía. Sorprendente y llena de grandes momentos, no hay que perderse la que de momento es la mejor película de producción en 2014.
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