Los días 6 y 7 del pasado mes de Junio, el grupo de rock M-Clan conmemoró sus 20 años de trayectoria en el mundo de la música con dos conciertos en el Teatro Circo Price de Madrid, los cuales fueron convertidos en un disco y DVD que salió a la venta el 30 de Septiembre. Como complemento perfecto, se ha estrenado de manera limitada el documental Las calles siguen ardiendo (título que alude a la canción “Las calles están ardiendo”, del disco Memorias de un espantapájaros -2008-), realizado por las hermanas Cristina y María José Martín Barcelona, creadoras de la productora audiovisual Lasdelcine. La película hace un completo repaso a la carrera del conjunto murciano, excepcional en el panorama musical español de los 90, y que ha logrado mantenerse con más o menos éxito durante un período de tiempo tan extenso.
Con influencias originales del rock clásico americano de los Rolling Stones y Led Zeppelin y del blues, de grupos de habla hispana como Los Rodríguez, y contemporáneos como los Black Crowes, M-Clan comenzaron en 1993 como El clan de los murciélagos o Murciélagos Clan, con Carlos Tarque a la voz, Ricardo Ruipérez y Santiago Campillo a las guitarras, Pascual Saura al bajo, Juan Antonio Otero ‘Oti’ a la batería e Íñigo Uribe a los teclados. Actualmente, de esa formación original solo se han mantenido Tarque y Ricardo Ruipérez, que son los protagonistas de la cinta y nos cuentan la historia del conjunto, complementada con fotografías, vídeos caseros y de grabaciones, conciertos y videoclips, y con los testimonios de personalidades del mundo de la música, la radio y la producción como Miguel Ríos, Fito Cabrales, Carlos Raya, Jose Ignacio Lapido, Portu Sánchez de Obús, Xabier Arretxe ‘Polako’, o Prisco Priscus, el actual guitarrista del grupo.
Las directoras no solo se limitan a registrar estos testimonios, sino enfocar a todos aquellos que pasan por el documental de forma atractiva, tanto a Tarque y Ricardo, como al resto; es el caso por ejemplo de la iluminación y los encuadres con los que sacan a Leiva, que captan perfectamente el aura que el artista siempre quiere transmitir, o los expresivos perfiles de Ariel Rot. Estamos, por tanto, ante un trabajo menos funcional de lo que pueda parecer, con cierta pretensión artística. En el ágil montaje se entremezclan anécdotas narradas con una increíble naturalidad, algunas muy divertidas, con los momentos más oscuros del grupo, los cuales no rehuye, sino que más bien los mira de frente. Hablamos del grave accidente automovilístico antes de la grabación de su segundo álbum, Coliseum (1997), que marcó el sonido del disco y el devenir de la banda, ya que supuso el comienzo de la ruptura con Iñigo Uribe, el primero en abandonar la banda (aunque en el documental habla de forma muy positiva de su paso por la misma); los conflictos de Santi Campillo, uno de los pilares del grupo, que fue el segundo en dejarlo, en este caso sí en muy malos términos; o la muerte de Pascual Sánchez, el antiguo bajista, en Diciembre de 2010.
Durante el visionado del documental asistimos a los duros comienzos del grupo, la grabación de su primer disco grabado en Memphis, Un buen momento (1997), donde consiguieron ese sonido tan sureño que nunca les ha abandonado del todo, la crisis creativa y personal tras Coliseum, y su refinamiento y cambio de estilo al unirse a Alejo Stivel en Usar y tirar (1999), el disco que les lanzó a la fama definitivamente. No faltaron críticas con respecto a su supuesta comercialización, además del riego que corrieron de haberse convertido en un grupo de una canción (hablamos, por supuesto, de “Llamando a la tierra”, la versión de “Serenade from the Stars” de Steve Miller). Para desmentir muchas de estas cuestiones salió Sin enchufe (2001), en la línea de la moda que corría entonces del unplugged, con temas que enseguida se convirtieron en himnos del grupo, como “Carolina” o “Maggie despierta”, versión de “Maggie May” de Rod Stewart.
Tras la marcha de Santi Campillo llegaron dos discos considerados por ellos mismos de transición, aunque ambos con temas muy potentes: Defectos personales (2002) y Sopa fría (2004). Pero la recuperación de su personalidad llegó definitivamente con Memorias de un espantapájaros. En 2010 ya solo permanecían de los originales M-Clan Ricardo y Tarque, artífices de los dos últimos álbumes de estudio del grupo, Para no ver el final (2010), una vuelta a los orígenes, y Arenas movedizas (2012). Las calles siguen ardiendo presenta por tanto a M-Clan como un grupo que siempre parece estar buscando su identidad, en constante experimentación. Una perseverancia que les ha llevado a la posición que ostentan ahora mismo.
Imposible no hacer mención especial en la película a la personalísima voz de Carlos Tarque, y a su carácter como animador del público. “Bandas de rock en España hay muchas, pero con un cantante como Tarque no hay ninguna”, afirma Dani López de Mondosonoro. Es esa voz la que nos va a conducir durante todo el documental, cuya narración encadena uno tras otro los grandes éxitos del grupo, que funcionan, casi a modo de musical clásico, de forma empática para apoyar y complementar lo que se está contando. Desde las mencionadas antes, pasando por “Perdido en la ciudad”, “Quédate a dormir”, “Souvenir”, “Otro año más”, “Sopa fría” (de la que reniegan un poco y nunca tocan en directo), y sus grandes baladas “Roto por dentro” y sobre todo “Miedo”, con la que muy adecuadamente acaban.
Las calles siguen ardiendo es, irremediablemente, un documental para incondicionales de M-Clan, que lo vivirán como un disfrute apasionante. Intenta transmitir esa sensación palpable de olor a kilometraje de una gira de rock de la que habla Enrique Villarreal “Drogas” (Barricada). Pero el resultado se queda en algo muy limpio, con un tramo final que es una sucesión de elogios. Algo lógico si tenemos en cuenta que estamos ante un homenaje, un regalo de aniversario. Un documental musical, por otro lado, en la más pura esencia del mismo, que habla de discos, de conciertos, de estilos, de canciones… sin dejarse llevar excesivamente por lo emotivo. Solo queda desear otros 20 años más de éxito para uno de los grupos más notables de nuestro país. Rock ‘n Roll.